Muchos de nosotros sentimos temor, en mayor o menor grado, frente a ciertas prácticas médicas…pero seguramente en el “ranking de miedo”… el temor a las intervenciones en la vista está en los primeros lugares.
La mayoría de las personas tienen algún tipo de problema visual en algún momento de la vida: algunas dejan de poder ver objetos lejanos; a otras les cuesta mucho leer la letra pequeña, pero también se puede producir una pérdida de visión importante
Algunos de estos inconvenientes suelen ser fáciles de tratar, con anteojos con lentes graduadas o lentes de contacto, pero otros requieren una intervención quirúrgica; esta última situación provoca, además de cierto temor, ansiedad e incertidumbre tanto por el acto quirúrgico en sí como por el resultado sobre la patología a tratar.
Los pacientes suelen estar intranquilos, tienen problemas para dormir, algunos no logran confiar serenamente en el equipo médico y muchos están preocupados por su pronta reincorporación al trabajo; una de las consecuencias de esto es que los pacientes posponen reiteradamente la fecha de la cirugía y después, al superar la intervención y al sentirse mucho mejor, se lamentan de no haberlo resuelto antes.
Nosotros contamos en nuestro Centro Oftalmológico, no solo con los mejores profesionales, sino también sabemos de su calidad humana, que es lo que ayuda a los pacientes a superar este momento que tanto estrés provoca.
La relación médico-paciente está por encima de la tecnología, sabemos que nuestro equipo dedica a cada persona el tiempo necesario para evacuar sus dudas, calmar sus ansiedades y prepararlas para enfrentar la instancia quirúrgica de la manera más tranquila posible.
Y dan fe de esto los muchos pacientes que ya han pasado por el quirófano de nuestro Centro y sienten que realmente… ”les ha cambiado la vida”.